La ética de la sociedad civil
Una sociedad pluralista
Una sociedad pluralista es aquella en la que conviven. Ciudadanos que tienen diferentes concepciones morales, diversas creencias religiosas y distintos ideales de vida. Pero para que sea posible esta convivencia entre formas tan distintas de comprender la vida, es preciso que se den algunos puntos comunes. Si no fuera así, las diferencias entre las preferencias y los proyectos de cada persona y grupo, producirían conflictos de intereses que no tendrían solución.
Estos elementos comunes constituyen exigencias mínimas que es necesario compartir para que sea posible la convivencia. Estas exigencias comunes conforman lo que se de nomina ética cívica o ética de la sociedad civil.
Las exigencias mínimas que constituyen la ética cívica podrían concretarse así:
a. Garantizar el respeto a los derechos humanos de la primera, segunda y tercera generación.
b. Garantizar la defensa de los valores de libertad, igualdad y solidaridad, como expresión del respeto a los derechos humanos.
c. Adoptar una actitud de diálogo y de tolerancia activa, propia de quienes quieren llegar a entenderse con los demás y no a imponerse a ellos.
Estos tres supuestos tienen una dirección común: considerar a la persona como valor "absoluto. De este reconocimiento se deriva el principio que las personas no pueden ser tratadas como instrumentos y que poseen una dignidad especial que las hace ser sujeto de derechos.
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