Las formas básicas del pacto social
El Estado liberal
El liberalismo, como doctrina y como programa político, surgió en Inglaterra entre los siglos XVII y XVIII, en clara oposición a los regímenes absolutistas. Los pilares básicos de esta doctrina tienen que ver con la libertad: individual, política y de mercado. Está muy vinculada al nacimiento del Estado moderno y al desarrollo del régimen de producción capitalista.
Los nuevos Estados regidos por las ideas liberales, que surgieron en Europa y en América durante el siglo XIX, se postulaban como garantes constitucionales de los derechos individuales, asegurando la libertad de pensamiento, de expresión de las ideas, de asociación y de comercio. El Estado liberal es un poder soberano que brinda las condiciones necesarias para que los individuos persigan sus intereses particulares de acuerdo con las reglas del mercado, es decir, de la competencia económica y del libre intercambio. En este sentido, su función política pasa por equilibrar los diferentes intereses particulares, más que por una búsqueda común.
Como funciones básicas del Estado, el liberalismo postula las siguientes: la protección de la vida y la seguridad de sus miembros; la reducción del miedo y la incertidumbre; la creación de la paz civil; la garantía del derecho de propiedad y la agilización del comercio.
Las idea liberales toman un concepto muy restringido y no universal -aunque lo postulaban- de la igualdad de los hombres. El hecho de que se considerara ciudadanos sólo a los varones propietarios dejaba afuera de los beneficios a una enorme cantidad de gente. Por lo tanto durante el régimen del Estado liberal la sociedad estaba lejos de ser justa.
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